Vivienda de 1890 con una superficie construida de 105 m2, ubicada en la calle Bailén, en la tercera planta de un edificio histórico de La Dreta de l’Eixample, Barcelona.
La intervención se centró en la modernización completa de todas las estancias, optimizando su funcionalidad. Se amplió el espacio de la cocina-comedor, conectándolo al salón para crear una zona de día más amplia y fluida.
El pavimentado de la vivienda se realizó con parquet laminado, aportando calidez y coherencia visual a todos los espacios. Los dos baños fueron reformados por completo, incluyendo un nuevo alicatado, redistribución y modernización del mobiliario fijo, así como la instalación de platos de ducha.
El pintado interior de todos los paramentos aportó frescura, mientras que en el salón se dejó a la vista una pared de ladrillo de fábrica, la cual fue meticulosamente repicada y pulida tras retirar el enyesado original. Este elemento característico se destaca con iluminación LED indirecta, realzando su presencia y dando un toque distintivo a la estancia. El proceso de restauración fue laborioso y preciso, dotando a la pared de un acabado único y estético.